Y como me caso, es el momento de recapitular estos cinco años (¡¡Dios mío!! ¡¡CINCO AÑOS!!) de convivencia con la Mariyaisi. Aquí tenemos un momento transcendental en nuestra vida: el nacimiento de Neko. Su madre, la gata diabólica Atsui, fue lo único bueno que nos regaló. O casi.
Un saludo o siete...
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