
Como ya sabréis, de viaje de novios nos fuimos a la Riviera Maya. Vimos ruinas, buceamos, descansamos, pasamos calor, nos reimos, nos mojamos, nos cansamos, volvimos a bucear, bebimos piña colada, comimos mucho, comimos muchísimo, bebimos más piña colada... En fin, lo que es una luna de miel.
En la foto veréis un detalle de una ortodoncia maya, que eran unos brutos que perforaban los dientes con unos palillos -cuando todo el mundo sabe que los palillos son para pinchar anchoas o, en su defecto, aceitunas, o incluso aceitunas rellenas de anchoa- y rellenaban los huecos con jade. Madonna vió una foto similar una vez y se puso un diamante. Yo ví la foto y cerré la boca, no fuera a ser que a algún dentista maya de incógnito estuviera tomando nota de las dentaduras de los españolitos para hacer una remodelación estética sin anestesia.
Afortunadamente, volvimos con toda nuestra dentición y algún kilo de más (al menos yo, que mi señora es muy "fraca").
Un saludo o siete...