
Típica foto de luna de miel -supongo- en la que los tortolitos posan sonrientes ante el monumento en cuestión. En este caso, ante la pirámide maya de Chichen Itza. Hacía un calor de mil demonios y una humedad de esas en que los peces salen fuera y hacen excursiones por tierra. Por otra parte, impresionante el sitio. Si vais, llevaros dos botellas de agua: una para beber y otra para echaros por encima. Y no es coña: hacedlo y me lo agradeceréis.
Un saludo o siete...
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